Al comenzar el año 1936, Arocha Pinto se ha convertido en un paladín de ansias y aspiraciones populares. Hombre de caracter muy plácido y de afable trato, ajeno a las violencias, enemigo de las decisiones inconsultas, experimeta la preocupación de la patria en atraso, se encontraba en trance y en la búsqueda permanente de lograr un nuevo camino.
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